21 noviembre, 2008

O outono

É unha alborada do outono,
as primeras néboas por enriba
da rúa dos tejedores,
anuncian tépedas, a súa presencia.
O rio ausente de copiosas choivas
vai case no silencio,
ó compás das andoriñas
que nostálxicas non se van.
Nesta época na que os outeiros
se visten de luces, e as viñas
amosan unha variedade cromatica
de amarelos, ocres, vermellos.
Os chopos pudorosos despóxansa das suas follas,
que sen présa, secas, pardas,
o pairo dunha brisa déixanse levar.
A empedrada beira acólleas no seu seo,´
unha a unha van formando un manto,
alimento da terra, ciclo vital,
onde prolifera a vida esencial.
Nesta época máxica do ano,
onde a ilusión e a nostalxia
comparten momentos longos,
onde os soños, soños son.
Nesta época de tránsito
da calor do estío abrasador
ó frio da invewrnía do norte,
tamen a melancolia ten o seu sitio.
No tempo da castaña,
os sotos frondosos, ourizos abertos,
os castiñeiros ceden a súa carga
a terra q os viu nacer.
Os magostos que nesta epóca
xorden en cada pobo,
son motivo de reunión e festa.
O Outono, estación singular do ano,
na que todo é fantasia;
tamén viran moitas choivas
que saciaran a sede da terra.
O viño xa ferve no cubeto,
dara calor no inverno,
cando chege o xélido frio,
e despidamonos xa do outono
ata o próximo ano que ven.

Sensaciones

Tus suspiros me llaman,
te siento, te veo, te espero,
y en silencio reprimido
grito un inevitable "te quiero",
que te busca, te clama,
que viajando con el viento, su aliado,
llega a ti e inseparable del aire,
lo inhalas y lo trasformas.

Fue el amor

Fue el amor un tupido velo
de incienso incandescente,
embriagador aroma de vino y miel
que la pasión devoró
y el tiempo lánguido
marchitó en su celo.
Fue cáliz sagrado en mi boca,
brindis de vinagre y hiel,
dulce veneno que nos deslabonó;
desliz desmesurado de la conciencia
donde la razón confundida estorba,
la palabra se hace verso perenne,
y el poema, el último consuelo.

Como un poeta

Como un poeta sin nombre,
escribiendo para nadie,
invisible para el hombre.
Como un foco de luz
que desprende destellos pobres
a nadie deslumbra pero existe.
Soy una sombra en la noche
dando gritos en silencio.
Un vagabundo en el tiempo,
sin causa, ni razón,
un espíritu errante
atrapado en un cuerpo.

14 noviembre, 2008

Pulcritud en tu esencia

La honestidad de espíritu,
alma radiante de esplendor,
desborda en ti luminosidad.
El candor de tus manos,
de tus caricias de terciopelo
recorriendo mi cuerpo en silencio.
Profundidad de tu corazón desnudo,
abismo de oculta ternura,
dulce amor de vida eterna.
Pulcritud en tu esencia,
naturaleza de tu ser,
fragancia de primavera en tus labios,
tenaz tesón en cuerpo frágil
que se crece con carácter firme,
generosidad que inunda mi pecho,
caudal de sangre caliente
que corre también por mis venas.

11 noviembre, 2008

Vana esperanza

Hay un lugar en la distancia
donde el tiempo se detiene,
desafiando al transcurrir de los días.
Hay un mañana que grita incesante,
un quizá que hace eco en mi alma,
donde se funde el espíritu
con un cuerpo inmaterializado.
Esperanza de un instante eterno,
artificios de inconsciente
que transgreden la ficción
fundiéndose con la realidad.
Grandilocuencia ingrávida de un susurro,
una ilusión que de un hilo suspendida
se tambalea en mi destino.

07 noviembre, 2008

¡No a las guerras!


Rompo mi silencio en agonía,
otra guerra más en el mundo
alza mi voz contra el horror,
muerte, destrucción, terrorismo.
Rompo mi silencio desolado,
otra guerra más por el crudo
que alza mi voz por el dolor,
bombas que alcanzan niños.
Rompo mi silencio con tristeza,
una guerra cruel para el civil
alza mi voz contra el terror,
mujeres mutiladas, muertas.
Rompo mi silencio indignado,
crimen de estado y barbarie,
despotismo de un sin conciencia,
autocracia mundial sin reparo.
Rompo mi silencio consternado
alzando mi voz por el sufrimiento.
Por la sangre derramada escribo
y grito bien alto a la inmensidad:
¡No a las guerras!

05 noviembre, 2008

Desde el mirador de Otero


Desde el mirador de Otero
contemplo mi Bierzo blanco,
puro y blanco como el alabastro.
ocres, verdes, pardos,
sobre un manto blanco.
Mi Bierzo vestido de novia
el día que acaba el año.
Música para desaparecer por dentro
en mi pequeño coche blanco;
dulces aromas envolventes,
humo grisáceo pululando,
y yo soñando con mi Bierzo blanco.
En mi memoria permanecerá
esa inmensa imagen nítida,
grabada en mi retina por siempre;
una sensación que te enriquece,
te purifica por dentro el alma.
Con los pies mojados por la nieve,
plantados a orilla del mirador,
diviso un anfiteatro escalonado,
en una ladera curvilinea en cada grada.
Desde el mirador de Otero
contemplo mi Bierzo blanco,
puro y blanco como el alabastro.


Toral de los Vados


En una zona de tierras bajas,
donde vados, toros y prados,
antaño dieron nombre a este pueblo,
donde los hermanos ríos,
moribundos aunque caudalosos,
eligen como lecho de muerte
sus plácidas riberas bordadas,
al cobijo de las humeiras
que a la orilla se encaraman.
Extensas alamedas al paso
que en otoño cubren el suelo
con los despojos de sus hojas,
alfombra del paseante,
laberinto de los sentidos despiertos.
Orientado al norte, elevando su testuz,
preside el interfluvio de sus ríos,
con la caliza y su riqueza,
las cuevas, refugio del silencio,
en tiempos de posguerra.
Ascendiendo por esos cerros,
los centenarios castaños
acogen al caminante en su seno,
tapizadas laderas de pasto
anuncian la proximidad del convento,
férrea estructura de piedra
que desafía el paso del tiempo.
Es Toral de los Vados,
raíz, semilla que germina,
prospera floreciente en el estío,
con el frío entra en letargo y duerme.
Fértiles son sus huertas,
lástima del polvo grisáceo
de despiadadas canteras
metiendo el futuro en un saco.
Luz y sombra, cruce de caminos,
alameda, viñedo y arcilla,
ilusión emergente que palpita
en su inminente destino.

La cuarta dimensión

La cuarta dimensión,
realidad infinita y eterna.
Todo es tiempo, sin espacio,
camino de luz y color,
perfección del universo,
conciencia suprema del cosmos.
El tiempo es eterno,
vivimos en la ilusión del espacio
viajando la vida,
insignificante suspiro
en la eternidad del tiempo.
El alma, vehículo de luz
donde la voluntad es inmortal,
recorre el camino
hasta el fin del espacio,
espiral que acaba y empieza
en la inmensidad de la nada,
la cuarta dimensión,
sin materia, sólo alma.

04 noviembre, 2008

Opresión

Soy grito de libertad
y cárcel de pensamientos
soy barrote de momentos
en que esgrimo la verdad
ella vive en soledad
buscando aflorar en vientos
para cantar con lamentos
esa triste realidad
que cubre la sociedad
con sus oscuros momentos.
Soy grito de libertad
y fumarola al viento
cuando me siento contento
sin hacer la caridad
vivo con la tempestad
que me avasalla por dentro
cuando en el campo me encuentro
a la injusticia plantada
y la ira acantonada
se rebela muy adentro.
Soy grito de libertad
de los pueblos servidor
para lavar con honor
y con gran sinceridad
aquella mediocridad
que en la injusticia aparece
para quien no la merece
sólo por que está muy mal
carece de capital
y en la pobreza se cuece.
(Carlos Alberto-Panamá)

01 noviembre, 2008

Paisajes del alma

Una bruma en la profundidad del mar
oscila ante el vaivén de las olas;
un horizonte en la desgastadas montañas,
inválido, permanece quieto, calmo;
una brisa en el incorpóreo aire
navega vacilante el infinito;
un amanecer anhelado de un mañana,
clemente con mis años rotos.
Un soliloquio soslaya un pasado,
inquietante, lleno de amargura,
insípido sabor de la vida.
Una solitaria sombra pétrea cual mohai misterioso,
dirige su mirada al fondo,
al principio del final de la nada.